martes, 27 de septiembre de 2016

La columna de fuego


Para tus santos, en cambio, brillaba una intensa luz. Los egipcios, que oían sus voces, sin distinguir su figura, los consideraban dichosos porque no tenían que sufrir como ellos, les daban gracias porque no se vengaban de los daños recibidos, y les pedían perdón por su actitud hostil. En lugar de esas tinieblas, diste a los tuyos una columna de fuego , para que les sirviera de guía en un camino desconocido y del sol inofensivo en su gloriosa emigración. Pero merecían estar privados de la luz y prisioneros de las tinieblas los que habían retenido cautivos a tus hijos, por quienes debía transmitirse al mundo la luz incorruptible de la ley.

Fragmento del Capítulo 18 del Libro Sabiduría.

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